Before I die (Antes de morir) es un proyecto de arte mundial que invita a la gente a reflexionar sobre su propia mortalidad.

Cuando hablo del “Muro Antes de morir” con amigos y conocidos, la reacción es más amable que cuando hablo de los Death Cafes: “Eso parece una buena idea, Noelia, a pesar de que habla de morir y se lleva a cabo en una pizarra negra”, me dicen.

No es una buena idea, es una idea genial: Before I die (Antes de morir) es un proyecto de arte mundial que invita a la gente a reflexionar sobre su propia mortalidad, y a considerar las cosas que de verdad importan en la vida de cada uno.

El proyecto “Antes de Morir” lo inició en la ciudad de Nueva Orleans una artista, Candy Chang, después de que muriera de forma inesperada la que consideraba su madre: Joan, la persona que le acompañó y le animó a desarrollar su sueño de ser artista desde que era una adolescente. Durante su proceso de duelo se dio cuenta de lo que les había quedado pendiente de hacer y compartir juntas. Y también que la mayoría de nosotros acabamos extraviados en la vorágine del día a día, y perdemos la perspectiva de lo que realmente es importante en la vida.

Death Cafe

Muro Antes de Morir inaugurado en Málaga el 1 de noviembre de 2020

Ni corta ni perezosa, le pidió a un vecino que le cediera la pared de una de sus propiedades que tenía abandonada y que llevaba años acumulando polvo y graffiti. Con ayuda de unos amigos la pintó con pintura de pizarra, escribió “Antes de morir quiero…” en grandes letras blancas, y dejó unas tizas para que la gente se animara a compartir sus inquietudes y deseos. No sabía qué esperar, pero como el coste del proyecto no era mucho, tampoco le dio demasiada importancia. La sorpresa fue mayúscula cuando al día siguiente la pizarra estaba llena de mensajes como estos: antes de morir quiero ser juzgado por piratería; antes de morir quiero ver la graduación de mi hija; antes de morir quiero cantar para millones de personas; antes de morir quiero abrazarla una vez más; antes de morir quiero ser completamente fiel a mí mismo…

Gracias a la gente que se acercaba a compartir sus reflexiones en el muro, un espacio abandonado se convirtió en uno constructivo. La gente traía tizas, o limpiaba la pizarra cuando se llenaba de mensajes. Esto duró diez meses, hasta que el dueño del edificio decidió reformarlo. Sin embargo, Chang empezó a recibir mensajes de todo el mundo preguntándole cómo crear un muro “Antes de morir quiero” en su comunidad. Y el proyecto se globalizó: a día de hoy, y gracias a gente apasionada y comprometida, existen más de 5.000 “Muros antes de morir quiero…” distribuidos en 75 países, y en más de 35 idiomas.

Para Candy Chang, el muro “Antes de Morir” es un espacio anónimo que permite compartir con honestidad y vulnerabilidad en público y sin miedo al juicio. Como comenta en la web de su proyecto, ver un rincón privado de tu psique reflejado en la escritura de otra persona en una pared pública puede ser increíblemente tranquilizador a nivel individual. Más aún, es un paso hacia el reconocernos en el otro.

Durante la semana del 1 al 7 de noviembre de 2020 se celebró en España el primer Festival Dando Vida a la Muerte, con tres objetivos claros:

  • Alentar a la población en general a hablar sobre la muerte, el proceso de morir, la pérdida y el duelo, y naturalizarlo.
  • Actuar de punto de encuentro entre las muchísimas asociaciones y personas que trabajan los distintos aspectos y momentos del proceso de morir.
  • Convertir la semana del Festival en un proyecto que se alimente continuamente a lo largo del todo el año con ponencias y presentaciones de proyectos y asociaciones a través de nuestras redes sociales y nuestro canal de Youtube.

En esta primera edición, que llevaba el título de Porque la muerte importa, organizamos charlas con ponentes expertos en el campo, dos noches de cinefórum, el mayor Death Café organizado online hasta ahora, visitas a cementerios, visitas a tanatorios e inauguraciones de Muros “Antes de morir quiero…” en todo el territorio nacional, entre muchas otras actividades.

En Málaga, ciudad en la que resido, conseguí inaugurar mi muro en español (Antes de Morir) y en inglés (Before I die) el domingo 1 de noviembre. Debo confesar que el proceso no fue sencillo, y hubo momentos en los que pensé seriamente en darme por vencida.

Sin embargo, la vida me fue colocando a las personas adecuadas y maravillosas que hicieron posible este regalo: los dueños de uno de los restaurantes en la céntrica y popular Plaza de la Merced, el Picasso, me cedieron generosamente una sala para pintar el muro Antes de Morir quiero… (y para facilitar mis Death Cafes presenciales cuando el coronavirus nos lo permita) así como una de sus paredes exteriores; un gran amigo mío hizo un generoso donativo para comprar los materiales, me acompañó a recogerlos y me ayudó a pintar y colocar ambos muros en la pared; mi hijo, junto con otro amiguito, se prestaron para pintarlos; mi hija nos regaló un precioso cartel; y la asociación Cudeca me imprimió y plastificó los carteles y folletos.

Gracias a todos ellos, Málaga ha disfrutado de su primer, y espero que no el último, Muro “Antes de morir quiero…”

Para terminar, adjunto un par de enlaces a la charla TED de Candy Chang, y a la web de su proyecto, así como a la página web del Festival Dando Vida a la Muerte y al resto de asociaciones que menciono en el artículo:

https://www.ted.com/talks/candy_chang_before_i_die_i_want_to?language=es

https://beforeidieproject.com/

https://dandovidaalamuerte.org/

https://www.cudeca.org/

https://deathcafe.com/

En la vida no hay cosas que temer, solo cosas que comprender… Hablemos.

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Gracias a la vida, por poner en mi camino a todas las personas que me están ayudando a cumplir con mi propósito.

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